Los tejidos brocados son ricos y suntuosos y normalmente se usan en Semana Santa para vestir imágenes o emblemas. 
Generalmente son de seda y con dibujos en relieve, en la mayoría de ocasiones con hilos de seda, en oro o plata.
En este artículo vamos a descubrir algunos datos curiosos sobre la historia del tejido Brocado. ¡Vamos a ello!
Historia del brocado
Los primeros brocados vienen de China y se extendieron por Persia y Bizancio. Su nombre viene del árabe (bro) que significa seda y (car) artesanía. Así llegaron a la Italia renacentista de los siglos XIV y XV, sobre todo en las ciudades de Venecia, Florencia, Génova y Milán.
Era considerado un tejido muy valioso por los europeos, debido a su compleja elaboración y al uso de la seda. Por ello, su uso era prácticamente exclusivo para la realeza, nobleza y clero de alto rango.
En el siglo XVII la fabricación del brocado paso a realizarse en Lyon y en el siglo siguiente se intentó simplificar el proceso de fabricación del tejido, lo cual se consiguió en el 1805 con la aparición del telar de Jacquard.
Se trata de un telar mecánico que revolucionó el mundo de la confección de tejidos brocados. La primera fábrica moderna de Brocado se construyó en 1890.
¿Cómo es el brocado?
Los brocados son tejidos de lujo hechos de seda e hilos con varias tramas. La trama superpuesta es la que adorna y proporciona un efecto de lujo ya que suele estar tejidas en hilo de oro o plata.
Es una tela que da la sensación de bordado, pero este efecto se debe a la trama superpuesta. Los rasgos ornamentales en brocado se enfatizan y labran como adiciones al tejido principal.
¿Cómo usamos los brocados en la actualidad?
El brocado se sigue usando en vestimentas, pero donde más lo vemos en la actualidad es en decoración, para muebles, tapicerías o cortinas.
Hay culturas como la India, que utilizan muchos brocados en sus trajes, sobre todo en la moda femenina. En España y otros países en los que hay mucha cultura religiosa, se usan los brocados para vestir imágenes religiosas o en las decoraciones de la mismas.
Semana Santa es la época en la que más tejidos brocados vemos por las iglesias, calles y lugares de concentración religiosos.
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